Alemania está cerrando sus últimas tres plantas de energía nuclear y cambiando su enfoque a la energía del hidrógeno.

Durante 35 años, la central nuclear de Emsland, en el noroeste de Alemania, ha proporcionado electricidad a millones de hogares y una gran cantidad de puestos de trabajo bien remunerados en la región.

Ahora se está cerrando junto con otras dos plantas de energía nuclear. Temiendo que ni los combustibles fósiles ni la energía nuclear sean fuentes sostenibles de energía, Alemania optó hace mucho tiempo por eliminarlos.

Los alemanes antinucleares dieron un suspiro de alivio mientras observaban la cuenta regresiva final. El cierre se había retrasado durante meses debido a preocupaciones sobre la escasez de energía provocada por el conflicto entre Rusia y Ucrania.

Mientras Alemania está cerrando sus plantas nucleares, varios gobiernos europeos han anunciado planes para construir nuevas plantas o han incumplido compromisos anteriores de cerrar plantas existentes.

El alcalde de Lingen, Dieter Krone, dijo que la breve ceremonia de cierre en la planta había creado sentimientos encontrados.

Lingen ha estado tratando de atraer socios públicos y comerciales para invertir en combustibles ecológicos durante los últimos 12 años.

La región ya produce más energía renovable de la que utiliza. En el futuro, Lingen espera consolidarse como un centro de producción de hidrógeno que utiliza fuentes de energía renovables, como la solar y la eólica, para producir hidrógeno verde.

Lingen tiene programado abrir una de las instalaciones de producción de hidrógeno de energía limpia más grandes del mundo este otoño, y parte del hidrógeno se utilizará para crear "acero verde" que es crucial para hacer que la economía más grande de Europa sea neutral en carbono para 2045.